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¿Te autoexplotas? Puede que sufras de "blurring"

escrito por
gustavo diex
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El estado de “blurring” es demasiado conocido: podría verse como una autoexplotación, es decir, la incapacidad de desconectarse del trabajo después de la jornada. El trabajo se ha instalado en la cama y en el retrete. Hoy en día, respondemos mensajes de slack mientras nos aliviamos por la mañana en el trono, o respondemos un mail de trabajo mientras nuestro niño se columpia en un parque cualquiera de la ciudad. Este término se refiere a la falta de límites entre lo público y lo privado, entre lo personal y lo laboral, entre la explotación y la autoexplotación.

El trabajo contemporáneo se caracteriza por la flexibilidad y la inestabilidad. La misma presión a las que son sometidas las empresas por la globalización y la constante adaptación a un mercado frenético, que cambia de paradigma cada lustro, ha recaído sobre las personas.

Las empresas han adoptado estrategias de producción “just in time”, lo que significa que los trabajadores deben estar disponibles para trabajar en cualquier momento y en cualquier lugar. Esto ha llevado a una sensación de precariedad en el trabajo y a una falta de seguridad en la vida laboral. Por tanto, la flexibilidad y la inestabilidad del trabajo han llevado a una sensación de desorientación y falta de dirección. Los trabajadores pueden sentir que no tienen control sobre su vida laboral y que no están construyendo una carrera a largo plazo. Esto puede llevar a una falta de sentido de identidad y a una sensación de vacío.

La tecnología, a su vez, ha llevado a una mayor fragmentación del trabajo y a una mayor dependencia de la comunicación electrónica. Sostengo que esto acarrea una sensación de aislamiento y falta de conexión en el trabajo. La falta de identidad y el sentido de aislamiento pueden tener consecuencias negativas para la cohesión social.

Además, la sobrecarga de información y las tecnologías que utilizan refuerzos instantáneos, como las redes sociales, están produciendo una sociedad que no puede concentrarse y es más vulnerable a la distracción. Esto nos hace mucho más débiles como individuos y como comunidad.

La incapacidad de desconectar se debe a nuestra incapacidad para centrar la atención y estar “enganchados” a las tecnologías. La precariedad atencional y el estrés continuo son factores que explican la tendencia a estar siempre pensando en el trabajo, incluso cuando se está en casa. La dificultad para concentrarse en una sola tarea es un síntoma de “blurring”. Las personas que experimentan esto pueden saltar de una tarea a otra sin completar ninguna de ellas, o sentirse constantemente distraídos por notificaciones y mensajes en el móvil.


Los síntomas


El “blurring” nos hace ser inefectivos. No se terminan las tareas en la jornada de trabajo por estar en un estado de dispersión y falta de autocontrol, y posteriormente se lleva el trabajo a casa, o se mezclan tareas personales con el trabajo durante el horario laboral.

El “blurring” lleva a un estado de agotamiento cerebral. Este cansancio puede manifestarse en la forma de sentirse abrumado por la cantidad de tareas que se tienen que hacer, o en la sensación de que no se puede desconectar del trabajo y tomar un tiempo para uno mismo.

El blurring nos lleva a un tipo de vida sin lazos sociales o vitales. No tener tiempo para actividades sociales fuera del trabajo, para practicar un deporte o en la sensación de que las relaciones personales están siendo afectadas por el trabajo.

A consecuencia de todo esto, probablemente, las empresas necesiten nuevas formas de organización y participación en el uso de las nuevas tecnologías.


Posibles antídotos


  • Di no a toda notificación. El mismo móvil que te permite leer las noticias y las actualizaciones de LinkedInn es el que te avisa de un nuevo correo electrónico del trabajo. Nuestros cerebros no funcionan adecuadamente con tantos estímulos. Cada vez que entra una notificación se genera una respuesta de estrés. Nos desconcentramos de lo que estamos haciendo y nuestra memoria de trabajo se satura. A la larga, generamos un cerebro débil que no es capaz de concentrarse en profundidad. Apaga las notificaciones, todas, son el mal.
  • Guarda momentos para concentrarte en las tareas que tengas que hacer y esconde el móvil en un cajón. Un metanálisis reciente demuestra que ¡la simple presencia del móvil debilita la memoria de trabajo!
  • Haz timeblocking. Es decir, bloquear diferentes espacios en el día para diferentes cosas. Un espacio al día para responder mails / slacks y luego cierra las aplicaciones. Otro espacio para las diferentes tareas. Otro espacio para la actividad física, etc.
  • Cuando llegues a casa apaga los dispositivos, en la medida de lo posible. Disfruta de la vida concreta y física. Si no quieres desconectar del todo, y lo puedes permitir, ten dos dispositivos, uno para el trabajo y otro para tu vida privada. En el momento que salgas del curro, apaga el maldito dispositivo.
  • Genera una vida fuera del trabajo que sea satisfactoria. Tener una vida plena no solo te hará más feliz, sino, un mejor profesional.
  • Tómate en serio el estilo de vida. Dormir poco te hará ser más idiota, en general, porque tendrás menos capacidad de concentrarte y regular las emociones. El ejercicio físico, practicar mindfulness o comer sano es una buena manera de mantener el cerebro con la fortaleza suficiente como para sobrevivir en esta era de las distracciones.
  • Intenta que tus pasatiempos tengan una componente activa; que generen un desarrollo cerebral. Por ejemplo, entre leer las actualizaciones de LinkedIn y un libro, elige un libro. Entre iPhone y Kindle, elige Kindle. Entre chatear y tener una conversación cara a cara, ten una conversación.


La tecnología está afectando nuestra capacidad de concentración y nuestra capacidad de reflexionar y analizar información de manera profunda. Guarda momentos para reflexionar, escribe en un diario sobre tus problemas diarios y piensa de verdad. Hoy día estamos sometidos a tanta información que es fácil perder el criterio propio y ser un ente sometido por las narrativas con las que somos bombardeados.



Esta reflexión nace de las preguntas que la periodista Montse Mateos me formuló para llevar adelante su tema "Cómo esquivar el 'efecto blurring', la incapacidad de desconectar", junto a más expertos. ¡Gracias a todos!

Escrito por Gustavo Diex

Director del Instituto Nirakara,
Físico Teórico (UAM). Máster en Neurociencia (UAB). Máster en Inteligencia Artificial (UPM). TDI en el Centro de Mindfulness de la Universidad de Massachusetts. Codirector del MBSR (Mindfulness-Based Stress Reduction) de la Universidad Complutense de Madrid y Codirector del Máster en Mindfulness en Contextos de Salud de la UCM. Investigador y profesor de Intervenciones basadas en Mindfulness.

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