El negocio boyante de la felicidad, en El País
Nirakara Lab
En
una luminosa sala de la Universidad Complutense de Madrid, sentadas en
el suelo con las piernas cruzadas, una docena de personas con los ojos
cerrados se concentran en la respiración. Si la mente empieza a
distraerse con otros pensamientos (es lo habitual), los participantes
vuelven a buscar el ritmo de la respiración. Así, una y otra vez, como
un entrenamiento en el que se potencia la concentración. Pasados unos
minutos, la profesora Ana Arrabé les pide que abran los ojos. “La
felicidad está demasiado asociada a que las cosas van bien, pero hemos
de entender que no todo depende de nosotros y que tenemos la capacidad
de afrontar los desafíos con plenitud”, explica. Arrabé es una de las
profesoras que imparten cursos certificados por la Escuela de Medicina
de la Universidad de Massachusetts, donde Jon Kabat-Zinn desarrolló la
meditación mindfulness hace cuatro décadas.
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“No es un método terapéutico, es una herramienta complementaria. Observar el presente, lo que sientes, eso es interesante. Mejora la atención”, explica Gustavo Diex, físico, neurocientífico y codirector del MBSR de la Complutense y del Instituto de Investigación y Formación en Ciencias Cognitivas (Nirakara). Más que de felicidad, a Diex le gusta hablar de bienestar. En una investigación con la Universidad de Utah (Estados Unidos), el equipo de Diex halló una relación entre la actividad cerebral de un grupo de meditadores y un mayor nivel de empatía.